miércoles, 17 de septiembre de 2008

Cómo lidiar con los cabezas

¿Qué mejor ocasión para divagar sobre diversos temas que en una dinámica clase de literatura? Hoy se me dio por analizar las diversas tácticas y maniobras evasivas que se utilizan si somos cobardemente atacados por lo que la gente normal y yo llamamos “cabezas”. Sin más preámbulos (es mío Renny!) aquí les presento lo que yo considero útil saber a la hora de enfrentarnos con estos asaltantes/homo erectus/guachines.

El primer paso evitar ser robados es lógicamente no darles la oportunidad de que lo hagan. Para eso es necesario saber reconocerlos lo que no resulta muy difícil: gorrita, joggin de la salada y zapatillas más caras que el celular que pretenden afanarte.
Muchas veces hemos escuchado “los cartoneros no te hacen nada”… ÉSTA que no hacen nada, o sino pregúntenle al infeliz que ahora tiene mi inhalador. Debe haber pensado que era paco el muy forro.
En fin, la realidad es que están todos mezclados y cuando por fin los fichamos podemos pasar a intentar esquivarlos:

Algunos ingenuos utilizan la famosa manobra del zig-zag pensando que el bamboleo de lado a lado sobre la cuadra los puede llegar a despistar. NO FUNCIONA, no son tan tarados… a lo sumo el asaltante puede pensar que somos mentalmente retrasados pero igual nos va a alcanzar y nos va a sacar todo .
Los más osados incluso llegan a intentar la denominada “hacerse el muerto”. Funciona con los osos ¿por qué no funcionaría con ellos también? Desafortunadamente esta táctica tampoco cumple con su cometido, probablemente… no, seguramente se ría un poco de lo fácil que este nabo le resultó y nosotros nos vayamos con nada más que una porción de excremento sobre el cual caímos cuando hacíamos nuestra pantomima.
No, lo más eficaz es siempre el pique corto. Al instante mismo que sentimos invaden nuestro espacio personal tiramos la patada circular y echamos a correr sin mirar atrás por miedo a descubrir un pobre transeúnte tirado en el suelo maldiciéndose a si mismo por haber querido averiguar la hora. Que se joda por haberse acercado con una sonrisa amigable que en un paranoico puede interpretarse como “mmm que rico estas! Déjame darte una probadita”. Pedófilo de mierda acá no.
Ahora, supongamos que por algún extraño motivo nuestros intentos de evadirlo no funcionan. Entonces cagamos y nuestros pensamientos se suceden en el siguiente orden: uhh me fichó el negro la puta madre--me va a afanar--¿corro?--naa me mata la paja--I’m so screwd--¿Cuál es la onda con usar todo el tiempo al gorrita?--encima tengo el celular--les queda para el orto, ni siquiera hay sol, aparte si fuera una buena gorra bueno…¿será mus desubicado preguntarle? Me acuerdo esa vez que el tío…
Cabeza: -É amigo quedate quieto y dame todo o te volvés en una ambulancia-
Acto seguido le dedicamos nuestra mejor cara de orto por haber interrumpido tan importante reflexión y a partir de ahí podemos proceder de distintas maneras:

Intentamos hablar su dialecto (hablando la gente se entiende): -É amigo, guacho no t pongá la gorra guachin si vó y yo somo del palo guato. Vamo a fumarno un paco guacho, GUACHINN- Acompañamos nuestras palabras con un guiño de ojo cómplice. Lamento decir que esta prometedora maniobra no es recomendable ya que ahora el “amigo” no solo quiere robarnos sino también pegarnos 16 tiros en la cabeza. Automáticamente nos damos cuenta que llegó la hora de defender nuestro honor como hombres/mujeres/kriptonianos que somos… ¡Por favor no me mates te lo suplico tengo a mi mujer esperando en casa (mentira), soy simplemente una rata miserable en esta sociedad desvalorizada! No vale la pena que maches tu preciosa faca con mi sangre! Es muy importante que nuestra actuación sea más convincente que la de Facu Arana en Padre Coraje… aunque debo confesarles que esto tampoco suele tener éxito por el simple motivo que les chupa un huevo nuestra vida.
La manera mas madura y sensata de actuar es darle todo y retirarse con toda la calentura o bien hacerse el boludo y decir que ya nos afanaron unas cuadras atrás y que no tenemos nada para darle. Si se lo traga lo que hacemos es despedirnos cordialmente, alejarnos hasta alcanzar una distancia prudente y entonces…
-¡Bueena pelotudo tenía 100 mangos y el celular y no te diste cuenta infeliz!... uh encaró para acá la puta madre, me va a mataar corre boludoo-. Cual gacela saltando por su vida nos lanzamos a correr sin dirección alguna, lo único y fundamental es alejarse del individuo furioso que nos persigue.
La parte divertida es que generalmente deciden que no valemos la pena y se detienen para enfocarse en una nueva víctima y cuando eso sucede… -Dale cagón plantate, recatate si tenés huevos ¡GIL! ¿no te la bancas?¿soy demasiado para vos? ¡CAGÓN!…¡CAGOOOOOON!- Por supuesto que entonamos esta melodía al tiempo que retrocedemos con cautela porque en cualquier momento… sip, con los ojos inyectados en sangre y echando espuma por la boca el asaltante con aspiraciones de asesino reanuda la persecución y ahora no se detendrá hasta danzar sobre nuestro cadáver sin vida. Así que procuren que no los alcance :)

Chipi

3 comentarios:

Flor dijo...

Jaja me rei mucho. Afortunadamente una sola vez me intentaron robar cdo salia de un boliche y corrimos con unas desenfrenadas con tacos de 15 cms, por suerte no nos alcanzo, estaba tan dado vuelta el loco que ni se dio cuenta que habiamos salido corriendo... Asi que por ahora me quedo con mi metodo. Un saludo!

Anónimo dijo...

Bueno muchachos aca estoy firmando esta maravillosa pieza de la literatura tibetesca. Un cago de risa. A ver cuando se viene la proxima historia. Vamos q ya van 2 firmas eh!
Un saludo de Mandruze (El Ciudadano)

Anónimo dijo...

la verdad cada dia me conmueven mas con sus escritos.
sigan asi chicos para adelaente q van bien
un gusto haber firmado en este blog nuevamente
un saludo